Antes de empezar, quisera decir que lo que se ha escrito no es mió. No recuerdo cuando fue, pero en algún momento encontré esto en un perfil cualquiera, y me pareció lo más auténtico que he encontrado en mucho tiempo.

Espero que lo disfruten tanto como lo hice yo.

......................


Es acaso mentira que todos los gays son o somos los más viajados, los más cultos, los más intelectuales, los más regios, y de las mejores familias. Parecemos matemáticas: Los más, las más, los más...

De seguro que alguien se sentirá aludido y ofendido. Otros por el contrario soltaran una carcajada y estarán de acuerdo total o parcialmente con lo expuesto, pero me pica la lengua por hacer una crítica en la cual algunas veces caigo yo.

Que hay locas Regias... Claro que las hay. Que hay locas viajeras...Más todavía ( entiéndase por locas a “hombres que mienten sobre su personalidad o condición social” ) Mas todavía, que hay a mano “locas inteligentes y supercultas..... Gracias a Dios que sí... pero lastimosamente cuando hablan el glamour, la clase se va por los suelos. Y de las divinas, ¡ni que hablar!.

Pero mis amigos, que arto me siento al ver que los que más presumen son personas comunes y corrientes, personas normales, muchas con un sueldo normal (nada astronómico) y se creen la crema y nata de la sociedad.

Estoy seguro que en alguna conversación entre gays, siempre alguien ha sacado un comentario venenoso contra alguien que inclusive no conoce. Otros hablan de Miami para arriba y para bajo, cuando jamás han estado allí, o si viajaron, lo hicieron de adultos y les pareció la cosa más divina del mundo. Regresan cambiadísimos.

Antes, algunos presumían de viajar a Europa, pero ahora con tanta migración, mejor se callan. Pero no es de sorprenderse de que a los que no les fue bien, vienen presumiendo que se fueron de gira turística por media Europa.

Es sorprendente cuanta “gente de clase” abunda en el ambiente, cuanto nuevo rico presume de lo que no tiene, y por supuesto ven con desprecio a alguien que según ellos no esta a su nivel, pero con seguridad, esta muy superior a ellos. La diferencia es que unos tienen desde pequeños lo que a otros de adultos les parece grandioso y de lo poco que llegan a tener de adultos hace que de pronto se crean que ya son de la “high”.

Es innegable que entre la gente gay hay muchísima gente inteligente, el mundo de los gays es creativo, existen muchos artistas, empresarios, gente culta (gente que realmente si tiene y puede) y que no presume para nada, disfrutan su vida de manera sencilla, y por ser así, realmente sí la disfrutan.

Hasta ahora no he mencionado que entre “Las Regias” están los que presumen de ser los más dignos, los que nunca se tiran a un hombre que no sea el príncipe azul, los que nunca van a un sauna o a un vídeo, o peor hacerse un levante en la calle o en el parque, porque de eso “nada que ver”. Y ni que decir de quienes jamás se acuestan con un tipo del que no saben su nombre.

¡Que vaina!. Con ese cuento, aparte de tener que enfrentarnos a la sociedad que muchas veces nos señala como bichos raros por gustarnos los hombres, tenemos también que darnos duro entre nosotros mismos, sin haber aprendido a ser tolerantes. No tenemos derecho alguno a exigir a la sociedad que no nos ataque, si entre nosotros mismos parecemos gárgolas vivientes.

Personalmente jamas me cohibiré de tirar con un obrero, porque simplemente no tiene “clase” aunque para mí este de lo más buenote.

Hay que dejarse de tanta complicación y vivir la vida lo más intensamente, porque a veces nos perdemos grandes placeres, por simple estupidez de andar aparentando lo que uno realmente no es.

Ultimamente tuve una de esas oportunidades de la vida en las cuales aprendes de una persona ciertas cosas que antes no te habían preocupado o que hasta ese momento no te habían llamado la atención. Quizás la principal ha sido acerca de cómo los hombres gay tienen una facilidad sorprendente para mentir y como se sorprenden al encontrar en el ambiente que hay personas que no están en su misma onda.

El mundo gay ha sido por tradición un mundo de mentiras: mentiras basadas en la competitividad natural que tenemos como hombres, mentiras con base al miedo de ser descubiertos, mentiras a no ser lo suficientemente atractivos para otros hombres o simples mentiras por la creencia de que estas nos vuelven “interesantes” ante los ojos de los demás.

Es quizás esta tradición de mentir, la que ha llevado a convertir la escena gay actual – sea cual sea – en un mar de complejidades que dificultan la conformación de verdaderas amistades y más aun, de verdaderas relaciones. Quizás el mundo actual es demasiado complejo y la necesidad de mentir se haya convertido en atributo principal para sobrevivir el caos al que diariamente nos vemos sometidos, pero no por ello deja de ser preocupante el encontrarse rodeado de seres opacos que te miran mal por el simple hecho de decir la verdad.

Ahora bien, no caeré en el sofisma de anunciar a los cuatro vientos que nunca en mi vida he dicho una mentira o que nunca he ocultado algo acerca de lo que no quiero que alguien más se entere pero que al final siempre termino revelando; pero de allí a armar un entramado escénico que más bien figura una película de ciencia-ficción hay mucho camino, es decir, ¿Qué aporta realmente a nuestra vida el armar un mundo de engaños?

Cuantas veces no te ha pasado que en un sitio cualquiera te encuentras a un tipo que te gusta, entablan conversación, se produce cierta química y se llega al final a la conclusión; esto puede ser el paso a algo más. Pues bien, hasta aquí la historia se desarrolla normalmente, pero apenas se da un nuevo paso adelante, ves como tu prospecto se escuda como el camaleón en medio de un camuflaje que según él, hace que tú te intereses más, que te sientas más atraído, más seducido...

Lógicamente tú no estas en ese jueguito y lo único que pretendes es conocer a alguien real con el cual poder salir a tomar una cerveza, o ir al cine, o simplemente salir al campo y tirar como locos lejos de la civilización y al aire libre!.

Menuda sorpresa te llevas: el prospecto te mira con los ojos desorbitados, la mandíbula desencajada, la piel pálida y el cuerpo medio tieso y de un momento a otro te dice alguna frasecita como: Sabes qué? ... Eres tan ordinario... Eres tan Ridículo..... Tus pensamientos saben a parroquianismo... Que tipo tan aburrido eres” o.... De seguro que debes tener algún secretillo por allí guardado. ! , y para mala pata, si es aquel que en su conversación solo presume de tener clase y mucho dinero (aunque en la realidad todo es diferente) y que en su interesante conversación solo te habla de los espectaculares tipos que se ha comido, y tú al verlo con cara de idiota porque no descubres nada interesante en su charla... El te dirá “ ¡Que aguado que eres!”.

Para estas personas es poco creíble encontrar en el mundo gay actual a hombres todavía sinceros y sobre todo, sin complejos a la hora de hablar de sus cosas pues lógicamente su experiencia personal y social se ha desarrollado en un mundo superficial y falso. Esto es curioso, pues va en contra de lo que todos queremos en una relación entre hombres: una amistad sincera, basada en conocimientos de fortalezas y también en las debilidades del otro, en que como caballeros una vez escuchadas las intimidades del otro estas nunca volverán a ser mencionadas, sino que más bien se dará paso a la construcción de algo nuevo con base a las cartas que ya se tiraron sobre la mesa.

Reconozco que hay cierto morbo en conocer a los demás, el saber sus pequeños secretos, sus pequeños vicios, sus pequeñas debilidades... pero. Acaso no todos las tenemos? A menos que seas un personaje clave del gobierno o de la vida pública, nuestras vidas son tan sencillas, que no vale la pena siquiera tratar de darnos importancia con base a estas nimiedades. Es ridículo creerte el dueño del secreto de la vida, cuando ocultas tu propia vida bajo un cerro de mentiras que al final o te asfixian o te hacen quedar mal cuando se viene abajo y cuando lo que más deseas es encontrar a alguien para compartir las cosas simples de tus días.

Pero este es el modelo que persiste y en el cual, personas como yo nos vemos atrapados por el stablishment que nos reprocha el mostrarnos tal como somos, con miedos y prejuicios incluidos y que nos paga con la soledad y el haber participado y seguir participando de esta feria de engaños que nunca conducen a nada, ante la amenaza que sienten de ver mandados al traste los entramados de los castillos de naipes que tan cuidadosamente han armado con años de mentiras y negación y apariencias.

LA VERDAD ES TAN PODEROSA... PERO TAN SIMPLE

Desarma cualquier estrategia planteada de antemano y permite ver un panorama claro en el cual no hay pie a juegos mentales, reproches o frases como: -“Si ves... eso me paso por hacerle caso a mis amigos cuando me decían que eras un... ”

Definitivamente todavía existimos personas que preferimos decir la verdad... y cada vez descubrimos que es algo que siempre al final te trae los mejores dividendos, sobre todo cuando encuentras a alguien que esta en la misma onda que tú... que simplemente te dice - te amo - y le crees, porque tan solo desea que seas feliz.

 

0 Response to “Mentiras de algunos gays.”

Leave a Reply